jueves, 30 de junio de 2011

Golpes de calor e insolaciones. ¿Sabemos reaccionar ante estos problemas?


Es la frase más escuchada en los últimos días: '¡Qué calor!' Las temperaturas se han disparado en la mayor parte de España, una situación ya clásica de los veranos en nuestro país, pero que aunque se repite casi año tras año, trae de cabeza a la mayor parte de la población. Calor que, además, puede tener consecuencias serias para nuestra salud. Por eso, no está de más tener en cuenta una serie de consejos, basados, sobre todo, en el sentido común, para evitar males mayores ante estas duras condiciones climatológicas.

Golpe de calor e insolación. Tanto las insolaciones como los golpes de calor son problemas serios, que tienen su origen en una dificultad de adaptación del organismo a una circunstancia ambiental, como es el calor extremo. Pero mientras que en la insolación existe el antecedente de una exposición prolongada al sol y se acompaña de graves alteraciones cutáneas, en el golpe de calor no es indispensable haber estado expuesto al sol y, por lo tanto, estas manifestaciones externas no se presentan, aunque sí aparecen todos los demás síntomas de la insolación.
Tanto ésta como el golpe de calor aparecen cuando los mecanismos orgánicos para regular la temperatura corporal, sobre todo la sudoración, no son capaces de contrarrestar el calor ambiental. Es lógico, por lo tanto, que ambas situaciones se den con más frecuencia en verano, en entornos cálidos y húmedos, afectando más intensamente a niños y ancianos.

¿Cómo se manifiestan? Los síntomas, tanto de la insolación como del golpe de calor, son muy parecidos. La hipertermia, manifestación más llamativa, se mantiene alrededor de los 40ºC a lo largo de todo el proceso, dando lugar a sequedad de piel y taquicardia. Aparecen dolor de cabeza, sensación de mareo, vértigo, náuseas y dolor abdominal. Si no se trata y el cuadro progresa, también se pueden sufrir falta de tono muscular, convulsiones, pérdida de consciencia e, incluso, en los casos más graves, acabar en estado de coma.

Más vale prevenir. La prevención es el arma más eficaz para luchar contra la insolación y el golpe de calor. Para ello, en verano la ropa ha de ser ligera y transpirable. Además no debemos olvidar protegernos del sol con un sombrero y permanecer en lugares frescos y que, a ser posible, estén en penumbra. También es fundamental la toma frecuente de agua o de bebidas isotónicas para mantener un buen estado de hidratación.

Y si se produce, ¿qué se debe hacer?
-Hay que colocar al paciente en un ambiente oscuro y fresco.
-Intentar bajarle la temperatura del cuerpo, mediante un baño de agua fría, paños mojados...
-Situarlo en una habitación refrigerada.
-Es conveniente desplazar al afectado rápidamente a un servicio de urgencias, preferiblemente de un hospital.

Fuente: Salud Hola.com

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